Un artículo que intenta explicar Ser y Tiempo:
En la vida inauténtica, el tiempo está dominado por la expectativa del éxito y el apego a los logros mundanos. En cambio, en la vida auténtica, que asume la perspectiva de la muerte como la condición absoluta de la libertad humana, se mantiene la apertura del Dasein, actualizando el pasado como rememoración de lo ya sido, y vivificando el presente como instante, donde el hombre repudia lo impropio (las habladurías, la curiosidad, la ambigüedad) y se apropia de su destino mediante su capacidad de elaborar y realizar proyectos, sin solidificar su acción en ninguna posibilidad. La actitud de Heidegger hacia el pasado no es de ruptura, sino de querer lo que ha sido, regresando a las posibilidades que constituyeron el presente. Esta especie de amor fati (Heidegger cita aquí a Nietzsche) salva al pasado de su estado atemporal, abstracto, insertándolo en una relación crítica con el presente, pues la vida auténtica, al repetir las posibilidades que constituyeron su ser actual, establece un trato respetuoso con lo anterior, mostrando que el hoy no es una superación de lo precedente, sino su continuación.
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